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Mucho se dice de la inversión inmobiliaria, ya que es un área en constante crecimiento. Los bienes raíces es considerado, como una de las actividades más antiguas desarrolladas por el ser humano, sin embargo, hay quienes han  intentado adentrarse a este mercado, pero su feroz complejidad, hace que queden en el intento.

Existen dos objetivos principales a obtener cuando se entra al negocio inmobiliario, los cuales, están debidamente correlacionados: satisfacción personal y generar provecho material. El primero, trata de un estado anímico que se logra por estar complacido con algo o alguien, y el segundo, es el aumento de capital económico, en este caso por la adquisición de un inmueble.

Para ser exitoso en este tema y poder alcanzar los dos objetivos, debes conocer principalmente que existen tres formas de obtener retorno financiero o  ganancias en este negocio:

1. Ganancia de capitales/comprar para vender: son las inversiones inmobiliarias que se hacen con el objetivo de venderlas en cierto tiempo, el secreto se encuentra en comprar al menor precio posible para tener ganancias aún con una economía inestable.

2. Flujo de efectivo/alquiler: debe existir un flujo de efectivo libre, está estructurado en una renta mensual, equivalente a los gastos de mantenimiento por cada mes (cuota al banco, servicios, impuestos) y la ganancia, producto de la rentabilidad.

3. Desarrollo inmobiliario/generar valor: ésta inversión trata sobre la construcción del bien, es el rubro un poco más complicado, por cuanto se debe tener un conjunto multidisciplinario de conocimientos de arquitectura, derecho, finanzas y otros.

Los tres tipos de inversión son productores económicos y de acuerdo a los referentes sociales de la compra se determinará el éxito, en el peor de los casos, estarás siendo propietario de un bien con márgenes de bajar su valor muy reducido (desastres naturales) y que por el contrario, aumenta su valor con el pasar del tiempo.